- Christina
Trabajo Voluntario en Limón 2000 en agosto del 2017
En abril del 2017 empecé a buscar un proyecto para apoyar durante mis vacaciones universitarias de verano. Por casualidad, tropecé con un interesante proyecto en Costa Rica dirigido por VISIONEERS e.V. y que empezaría unas pocas semanas después. La caridad ha estado apoyando la construcción de una escuela vocacional en este lugar desde 2015. Un grupo de voluntarios alemanes ya había viajado a Costa Rica un par de veces antes de trabajar en la escuela junto a los habitantes de Limón 2000.
Patrick e Isabel, dos voluntarios alemanes del programa de desarrollo weltwärts, viven en Limón desde marzo del 2017. Con su ayuda, se llevan a cabo proyectos sociales adicionales a nivel local. Por lo tanto tuve la oportunidad de quedarme dos semanas más después del proyecto de construcción de diez días para apoyarlos con su trabajo.
Como maestro en formación, el proyecto fue perfecto para mí, así que aterricé en la capital costarricense San José el 6 de agosto. Linda, una becaria de VISIONEERS, ya me estaba esperando con dos miembros del personal de la organización asociada Coalition Ministries. Me saludaron afectuosamente, y después de una noche en un hotel para recuperarnos del agotador vuelo viajamos a Limón juntos al día siguiente. Allí nos reunimos con otros voluntarios y las familias anfitrionas con las que estaríamos viviendo durante el viaje.

La semana siguiente trabajamos juntos para completar las instalaciones del baño de la escuela. Se necesitaban cimientos de plomería y calefacción para hacerlos utilizables. Junto con los trabajadores locales pusimos las tuberías de agua hacia y desde los inodoros, las duchas y los lavabos. Para conectar estos a la red de agua de la ciudad excavamos una trinchera de casi 1.5 metros de profundidad a través de los terrenos, en la que luego se puso más tuberías.
Dentro de las instalaciones, llenamos el suelo de tierra y grava, aplastandolo, y finalmente mezclamos concreto para verter sobre la superficie preparada. Nos divertimos mucho refrescandonos con una manguera de agua después de un duro día de trabajo! Otro éxito que aconteció la misma semana fue la colocación de cables eléctricos y la instalación de enchufes e interruptores de luz. Como resultado, todas las habitaciones de la escuela ahora tienen iluminación.

Nos cansamos cavando a través de la arcilla y empujando gruesas carretillas de grava en el sol ardiente. Afortunadamente, los Tico-Mamas ("Ticos", así son llamados los costarricenses) nos proporcionaron sabrosos desayunos, almuerzos, café y galletas, así como bebidas dulces. Por la tarde, nos sentamos en una larga mesa juntos y llegamos a degustar platos típicos de Costa Rica. También tuvimos conversaciones interesantes con los habitantes locales, que eran amables con nosotros desde el principio y compartieron historias sobre sus vidas y familias. Mi lugar favorito para ir después del almuerzo era la hamaca bajo las palmeras en el borde de los jardines. Durante las ocasiones en que algunos de los lugareños se unieron a mí, nos enseñamos mutuamente palabras de Alemán y Español. De vez en cuando, uno de los Ticos recogía algunos cocos y disfrutamos del delicioso zumo que contiene dentro. Pero cuando nosotros - los voluntarios - intentamos recoger los cocos, nos pareció que no era tan fácil como parecía, lo que nos hizo sentir orgullosos fue cuando nos las arreglamos para abrir y beber de ellos nosotros mismos.

Cuando el viaje del grupo estaba por terminar, la mayor parte de los voluntarios ya habían partido. En las dos semanas siguientes, apoyé a Patrick e Isabel con la planificación y dictado de cursos de inglés, que fueron ofrecidos a los residentes de Limón 2000 por las tardes. Aunque mi español es limitado, los participantes estaban muy contentos cuando pude ayudarles con cosas como la pronunciación de palabras en inglés. Además de eso, se divirtieron mucho desafiandome a nombrar las palabras que estaban aprendiendo en inglés, en español. Nunca antes había conocido gente que se riera tanto mientras aprendía otro idioma.
Aparte del exigente trabajo, mi estancia en Limón 2000 me dio tiempo para conocer mejor a Costa Rica. Durante un paseo a través de la selva tropical, probé manzanas malay, recogí limas y semillas de cacao, y pude ver monos.
Mi tiempo en Limón pasó tan rápido, y ahora ha llegado a su fin. Me alegro de haber llegado allí. Me recordó disfrutar de las pequeñas cosas en la vida cotidiana, a reír mucho, a llevar el día sin dejar que el estrés y las molestias me fastidien, y disfrutar de la vida.
