El camino a Bulgaria y mis adentros

Los primeros momentos aquí en Bulgaria fueron como un empujón al vacío: tuve que conseguir algo de comer por la noche, ya que durante el viaje no había encontrado nada. Pero, a pesar de esta situación imprevista, esta noche me ayudó a hacerme más independiente, una cualidad que en el futuro iba a necesitar mucho en este aún ajeno país. Además, aquella noche me dí cuenta de lo barato que es la comida aquí. Otro aspecto positivo de la experiencia.

Los días restantes de la primera semana conocí a mis compañeros del voluntariado, que venían de 7 diferentes países de Europa. Todas estas diferentes impresiones repentinas, me hicieron sentir tanto excitado como intimidado. Una sensación que no sentía desde hacía mucho tiempo y que me indicaba que el mes de voluntariado no sería nada como mi día a día normal.

He vivido mucho en el tiempo que estuve aquí, ya sea una caminata por las montañas o un viaje de varios días a otra ciudad, y se me han abierto muchas puertas hacia la aventura, puertas que no trajeron solamente ilusión. He vivido la intolerancia de algunos ciudadanos búlgaros y también de policías por tener aspecto diferente a sus estándares. Casi me robaron y he sentido la frialdad con la que algunos habitantes tratan a extranjeros.

Sin embargo, los aspectos positivos superaron a lo negativo. Aquí están los paisajes montañosos más bonitos que he visto en mi vida, el clima si es muy caluroso, pero también es extremamente agradable, y sin olvidar las callejuelas encantadores que nunca encontrarías en una ciudad alemana. Lo que a mí también me parece muy importante, son los lugareños que son muy simpáticos y siempre dispuestos a ayudar, que me han enseñado las ciudades en las que estuve y me dieron consejos para mi estancia restante aquí.

Otro punto álgido fueron los compañeros del voluntariado. Con algunos de ellos me lleve tan bien que cuando estaba con ellos me sentí bastante a gusto. No ocurrió a menudo, pero a veces este nuevo grupo de desconocidos me hizo sentir como uno más.

Y aparte de todas estas impresiones y aventuras, también he notado un gran desarrollo personal. He podido reflexionar sobre mi mismo, algo que en mi entorno familiar nunca había sido posible. De esta manera he aprendido mucho sobre mi mismo. Este viaje me ha posibilitado entrar a un camino hacia el autoconocimiento, un tema que me importa mucho.