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Familias Ticas, Mentores, Cultura, y Amor
Updated: May 18, 2022

Written by Michael Bustos.
Este sábado 30 de abril, tuvimos una capacitación para familias y mentores en Turrialba, Cartago. Fue una experiencia alucinante para aquellos que somos amantes de la cultura como objeto de estudio. El objetivo de la capacitación era que las familias turrialbeñas pudieran entender cómo funciona nuestro programa, cómo funciona la cultura alemana, y entender qué esperamos de ellos, entre otras cosas. Quise hacerlo de una forma holística. Es decir, tomar en cuenta diferentes puntos de vista acerca del mismo tema. Para ello, le pedí ayuda a 2 familias que ya han hospedado chicos alemanes antes; un chico alemán que ha tenido experiencia con una familia tica; una alemana que no ha tenido la experiencia, pero que tiene una perspectiva muy clara e informada de las diferencias entre ticos y alemanes; y finalmente, mi persona como representante de la organización. Suena casi a un experimento de investigación de la escuela de antropología, y pareciera que lo fue, porque los resultados fueron muy interesantes.
Comencé dando la bienvenida y haciendo un brindis de agradecimiento con todos los presentes, y les comenté, con mucha nostalgia, lo orgulloso que me siento de ser tico, y aún más, de ser turrialbeño. Esto porque Turrialba ha sido una zona de mucha importante para la organización desde que comenzó a trabajar en Costa Rica por la belleza de gente, y de su naturaleza. Es el lugar donde han venido muchos de los voluntarios alemanes del pasado, del presente, y vendrán los del futuro. Habiendo enfatizado en tales cosas, pues, todos los presentes, con el mismo orgullo, me secundaron con el brindis.
Procedí, a continuación, a explicarles quiénes somos, quiénes estamos y cómo fue conformada la organización desde Alemania hasta Costa Rica. Después, les expliqué quién es Weltwärts, y qué es lo que vienen hacer realmente nuestros voluntarios al país con algunos detalles muy singulares del trabajo. Esto fue de suma relevancia, ya que, es muy común que, en Costa Rica, a ellos se les llame, estudiantes de intercambio, turistas o misioneros, pero nunca voluntarios. E inclusive, la misma palabra “voluntario”, puede ser confundida y no explicar que, aunque ellos se ofrecieron a dar un servicio anual en el país, también deben cumplir una serie de reglas respaldadas con un contrato legal de por medio. La gente parecía muy interesada, pero era solo el principio.

Después, llamé a Anna para que les hablara un poco de su cultura, la cultura alemana y ella, nerviosa por no saber cómo le iba a ir y pensando que su nivel de español iba a ser insuficiente para exponer las ideas que había planteado, comenzó a hablar. Poco a poco empezó a tomar confianza y mientras, lo hacía, la exposición se volvía más interesante. Sabía que a Anna le gustaba ser graciosa a veces, pero no pensé que pudiera plantear tan bien el humor en una presentación en español. En un momento dado, y con la gente extasiada por el interés y el humor, Anna dijo algo que dejó a todas las familias y los mentores fríos, y fue, “Para nosotros los alemanes, la familia no es algo tan importante”, y eso se agravó considerablemente después de desarrollar la idea a detalle. Anna terminó, y lo hizo tan bien, que las personas le aplaudieron como si fuera una estrella de TED talks.
Ahora, los ticos tenemos preconcepciones estereotípicas de todo, unas más acertadas que otras, pero por el hecho de que, Costa Rica queda a 9,449 km de Alemania, la idea de los alemanes, se reduce a lo que aprendemos en los libros de historia sobre la segunda guerra mundial y las películas de Hollywood, donde los alemanes suelen ser los villanos de la historia. Nada más lejano a la realidad presente, y borrar eso de las cabezas de las personas, no es sencillo, pero era parte de los objetivos específicos de la capacitación.

Después de Anna, pasó Doña Mauren. Ella hospedó a 2 chicos para el último curso de español a los que llegó a amar como sus propios hijos en tan solo 15 días. Su relato estaba muy bien organizado y logro romper con muchas ideas que les preocupaban a algunas familias que nunca se habían topado con alemanes antes. No obstante, una de las cosas que más se denotó mientras narraba su experiencia, fue el amor con el que hizo las cosas. Doña Mauren explicó que antes que los chicos llegaran a su casa, no sabía quiénes ni cómo eran, y utilizó la analogía de la cita a ciegas que toda madre tiene el día que da a luz, eso nos conmovió mucho. Finalmente, culminó, invitando a las demás familias a tratar a los futuros chicos, como les gustaría que trataran a sus propios hijos si se llegaran a ir lejos de casa.

Luego, invité a Carl a pasar. Carl es otro de nuestros voluntarios alemanes, y de forma resumida y concreta, nos comentó un poco de su historia. Inició explicando los retos que ha enfrentado al llegar a Costa Rica sin saber nada de español en una familia con 2 hijos pequeños. Mencionó lo mucho que su familia lo ha ayudado en todo lo que ha necesitado y cómo se ha sentido al respecto. Lo más interesante de su relato fue cuando dijo; “Lo más bonito que he experimentado en mi viaje a Costa Rica, ha sido mi familia tica”. Cuando dijo eso, recordé, y creo que recordamos las palabras de Anna al principio, “Para nosotros los alemanes, la familia no es algo tan importante”. Que gran cambio. De hecho, Carl llegó con su familia tica a la capacitación y Melissa, su mamá tica, muy emocionada, nos habló de la agradecida que se siente de tener a Carl como hijo.
Los latinos son calificados por la sociología y antropología como una cultura colectivista, donde el sentido pertenencia, y el énfasis que se le da a la familia, juegan un papel muy importante dentro de la dinámica de la cultura. Por otra parte, los alemanes son calificados como una cultura individualista, donde, desde temprana a edad, se promueve fuertemente la independencia y la autonomía. Ahora, tomando esto en consideración, la pregunta es ¿Qué sucede cuando una persona alemana trata de ser parte de una familia tica? Pareciera un choque inevitable para ambas partes, inclusive, pareciera una mala idea desde un punto de vista profesional.
Lo interesante es que es algo que nosotros hacemos, y es impresionante lo bien que resulta. Anna había cumplido años, unas semanas atrás, y decimos cantarle cumpleaños de sorpresa. Al final, 3 o 4 de las familias, se me acercaron a preguntar por ella con el fin de poder adoptarla. Y la moraleja de mi día fue yo dije; “Así somos los ticos, no nos hace falta mucho para encariñarnos y llegar a amar”.

Queque de cumpleaños de Anna.

La tuvimos que instruir en la importancia de meter la cara en el pastel. Al principio, parecía asustada.