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  • Hannah Saur

Se siente alienada


La idioma, el clima, el paisaje, la comida, los billetes, la rutina diaria, ir en autobus, las casas, la calidad de vida, la temperatura del agua en la ducha, …

Aunque podriá continuar con esta lista de cambios, me acostumbro a las nuevas circunstancias y estas se converten a mi nuevo “normal”. Hace más de un mes estoy aquí en Costa Rica y hace más de cuatro semanas estoy viviendo y trabajando en Palmichal. Y aunque por el trabajo y la rutina diaria con ir de compras, hacer la colada, cocinar, limpiar y dormir supuestamente no pasan muchas cosas, sin embargo hay mucho que contar.


El 6 de octubre nos fuimos del curso de idioma para ir a nuestros proyectos, que son distribuidos en todo el país. La otra voluntaria, que trabaja en el mismo proyecto, fue en un otro curso de idioma. Por eso tuvimus que encontrarnos en San José para ir a Palmichal juntas. Decidimos que vamos a ir en un Uber, porque tuvimos muchas maletas y los horarios aquí son muy complicados. Cuando fuimos en el Uber, mi excitación, como el lugar, donde voy a vivir por un año, se ve, aumentó.

Llegado en Palmichal, fuimos recibidas en el „Red de cuido“, el lugar donde trabajamos y despues del almuerzo el jefe de nuestro proyecto nos ha traído a nuestra casa.

La casa es de color rosa, arriba en una montaña y rodeada por palmeras, árboles y café. Tenemos una sala con una pequeña cocina y con una mesa y cuatro sillas, un baño y tres dormitorios, aunque sólo estamos dos personas.

Durante la semana trabajabamos en el “Red de Cuido”, donde ayudábamos a cuidar los niños. Nuestro programa despues del trabajo fue muy variado y aunque no conocemos a nadie, teníamos mucho que hacer. Por ejemplo fuimos a nuestros vecinos, visitamos a nuestra mentora o fuimos en bus a diferentes ciudades para ir de compras o para buscar actividades que podemos hacer.


En el primer fin de semana el sabado fuimos a San José para comprar algunas cosas para nuestra casa y el domingo caminamos con nuestra casera. Ademas hacía un viaje de fin de semana a Heredia para visitar otras voluntarias. Cuando tuve que encontrar el bus que va a Heredia sola, también tuve un poco miedo, pero lo hice ;). El último fin de semana pasabamos en Alajuela, una ciudad cerca de San José, donde nos encontramos con otros voluntarios. Aquí visitamos un Animal Rescate Center.


En conclusion puedo decir, que las últimas semanas estaban excitantes, pero también agotadoras, porque es una completamente nueva situación en un pequeño pueblo, donde casi nadie habla inglés y donde estamos extraño. Pero espero que con el tiempo voy a acostumbrarme más.

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