De Costa Rica a Alemania: 18 Meses de Crecimiento y Gratitud

25. April 2024   |   Julio Abner Chicas Padilla

Hey, esta es mi última entrada para el blog de Visioneers como voluntario después de 18 meses.

Estoy muy agradecido de haber tenido la oportunidad de hacer mi voluntariado en Alemania. Aunque al principio fue difícil porque tuve que dejar muchas cosas de mi vida y adaptarme a una cultura, clima y lengua diferentes, no me cabe la menor duda de que tomé la decisión correcta, sobre todo porque se aprende a confiar más en Dios en estas situaciones.

Realicé 10 meses de voluntariado en un pueblo pequeño llamado Ascheberg, en el condado de Plön, en el estado de Schleswig-Holstein, al norte de Alemania. Luego, pasé 8 meses en Berlín, donde pude, con cierta confianza, entablar conversaciones largas en alemán, realizar llamadas telefónicas y resolver situaciones que requieren un nivel más avanzado del idioma.

Estoy muy agradecido por la oportunidad de haber participado en el proyecto de Visioneers en Berlín, donde realicé diferentes actividades, que nunca fueron monótonas ni aburridas. A veces me encontré con situaciones complicadas y estresantes de resolver, pero cada una contribuyó a mi crecimiento personal.

Entre mis tareas, realicé actividades de mantenimiento, trabajé con jóvenes refugiados, brindé servicio en la iglesia local, apoyé en clases de idiomas, actividades administrativas y mucho más. Pude conectar con personas no solo de Alemania, sino también de muchos otros países y culturas. Mis compañeros voluntarios y practicantes venían de lugares como Alemania, Bélgica, Rusia, Grecia, Costa Rica, República Checa, España, Japón, entre otros. Los jóvenes a quienes apoyamos provienen de muchos países, como Siria, Turquía, Afganistán, Irán, Marruecos, Ucrania, Benín, Ghana, Gambia, Guinea y otros.

He aprendido a saludar en al menos 12 idiomas, he mejorado mi inglés y he sentado algunas bases para el francés. He visitado muchas ciudades de Alemania, cada una con su propio carácter, y también algunos países fronterizos.

Estoy agradecido a Dios por haber mantenido mi salud en óptimas condiciones, salvo unos días durante la Navidad y un par de días el verano pasado. Siempre me alegra escuchar a los amigos y hermanos de mi congregación en mi país, quienes siempre oran por mí. A todos ellos les digo que sus oraciones fueron escuchadas y tuvieron un efecto significativo.

Aunque hice muchas cosas, destaco mi trabajo directo con niños, adolescentes y, finalmente, la experiencia con personas sin hogar. Este tipo de trabajo da sentido a las tareas administrativas o de mantenimiento en la oficina, así como al trabajo que realicé en el castillo de Ascheberg, donde participé en actividades de mantenimiento y limpieza. Fue muy bonito ver cómo Dios cambia el corazón de un niño, y eso hace que todo el trabajo valga la pena.

Estoy emocionado por la oportunidad de seguir aprendiendo alemán y tal vez incluso otros idiomas. Espero aprovechar todo este conocimiento y seguir contribuyendo a proyectos como este.

Me gustaría contar mucho más sobre mi experiencia, pero para no alargarlo demasiado, lo dejaremos aquí. Continuaré documentando mis experiencias y espero que algún día pueda compartir todo lo que Dios ha hecho por mí.
¡Auf Wiedersehen!

Si tú también estás interesado en hacer un voluntariado, ¡presenta tu solicitud aquí!